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08/03/2016
Los hechos cuentan, las buenas palabras por sí solas no bastan. En Bankia la Política de Gestión Ambiental tiene el objetivo de “velar por el desarrollo de una gestión ambiental responsable, a través tanto del control de los impactos directos como de la supervisión del impacto de operaciones financiadas, y posicionarse como líder en el apoyo a la lucha contra el cambio climático a través del uso eficaz de los recursos”. Y esto se está transformando en hechos en todas las áreas de actividad.
Una de las claves ha sido fijar objetivos cuantificables y tratar de alcanzarlos. Como banco que es, en Bankia hay una gran afición a trabajar con números. Su Plan de Eficiencia Energética 2015-2019 pone una cifra por encima de todas las demás: 19%. Ese es el reto para reducir el consumo eléctrico y de combustibles (gas natural y gasóleo) respecto a las cifras de 2013.
Se trata de trasladar las políticas de eficiencia a la práctica totalidad de los centros de trabajo, tanto a la red de oficinas comerciales como a los edificios corporativos. La renovación de equipos de climatización por otros que optimicen el consumo energético, la concienciación del personal y la implantación de telegestión en sedes son algunas de sus claves.
No se trata solo de reducir el consumo energético, sino también de optimizar el consumo de un bien escaso como el agua. Considerado como un Derecho Humano por la ONU desde 2010, el acceso de la población a ella está mejorando intensamente en las últimas décadas, pero se calcula que aún hay más de 600 millones de personas sin agua potable.
En España la situación es bien distinta, pero es necesario mejorar las instalaciones y por eso se están instalando en los edificios de Bankia sistemas economizadores de agua en la grifería, que proporcionan un ahorro entre el 40% y el 60%. Asimismo, la renovación de instalaciones de refrigeración se ha acometido bajo el criterio de reducción de consumo de agua.
La tercera pata de ese Plan de Eficiencia Energética es la gestión de residuos con una estrategia de prevención y reciclado. Se actúa, por un lado, dando salida útil, mediante su donación a entidades sociales y sin ánimo de lucro, dedicadas a la ayuda de personas con discapacidad o en riesgo de exclusión, de mobiliario y equipos eléctricos y electrónicos. Se consigue así el doble logro de contribuir a la labor social y evitar que estos bienes se conviertan en residuos. Por otro lado, se están incorporando a todas las instalaciones contenedores diferenciados para la recogida de residuos: pilas, envases, papel no confidencial, etcétera.
Bankia es consciente de que su actividad genera consumo energético y residuos y de que no se puede reducir a cero la huella ecológica. Pero los pasos que se están dando tienen como finalidad mejorar día a día la gestión, también desde una perspectiva medioambiental.
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