Comienza Menú Principal
Categoría
Fin del Menú Principal
Saltar navegación. Ir directamente al contenido principal
Estás en:
27/01/2016
Los hechos son estos: el precio del barril de petróleo Brent se sitúa este mes de enero en torno a los 30 dólares. Hace año y medio se movía en torno a los 105-110. El descenso supera, por tanto el 70% y se sitúa al nivel de 2004.
¿Por qué?
Nunca hay una sola causa: hay varios factores con mayor o menor peso. El punto de partida es el aumento de la producción: el fracking (una técnica extractiva de reciente desarrollo dedicada sobre todo al gas pero también al petróleo) encaminaba a Estados Unidos a la suficiencia energética y Arabia Saudí quiso frenar este avance colocando más petróleo en el mercado y haciendo caer los precios. El resto de productores, por distintos motivos, replicaron a los saudíes: más barriles y, en consecuencia, menos precio. La otra causa está en el lado de la demanda: algunas grandes economías mundiales, sobre todo la China, están creciendo menos de lo previsto, por lo que necesitan menos combustible. El resultado es el que se ve.
¿Qué consecuencias tiene en nuestra economía?
La primera ya se ha notado en los bolsillos: los combustibles automovilísticos están más baratos. Y eso, trasladado a una economía tan dependiente de la importación de hidrocarburos como la española, supone un gran ahorro: según los cálculos del Ministerio de Economía podría suponer hasta un 0,5% de crecimiento adicional del PIB.
¿Hasta cuándo durará?
No hay bola de cristal capaz de adivinarlo. Porque el del petróleo es el mercado más geopolítico de la economía mundial: es imprescindible para todos en grandes cantidades y su producción está circunscrita a unos pocos países. Que en mitad de este escenario se haya permitido a Irán volver a exportar petróleo (tras el levantamiento de las sanciones impuestas por su programa atómico) añade otro gran productor al mercado. Ya hay algunos países que apoyan frenar la producción, pero sin resultados palpables.
¿A quién beneficia y a quién perjudica?
Los países eminentemente importadores, como España y la práctica totalidad de la UE, son los más beneficiados: su industria y transportes dependen enormemente de un recurso del que carecen y cuyo precio influye en toda su economía. Entre los productores, en teoría, todos pierden. Pero unos más que otros: Arabia Saudí inició los abaratamientos y no teme mantenerlos porque les cuesta menos que a otros países poner un barril en el mercado. Es decir, sus márgenes entre los costes de extracción y el precio del petróleo son más altos y pueden reducirlos. Sin embargo, hay otros países productores (como Venezuela, Nigeria, Ecuador, Brasil o Rusia) más perjudicados.
Déjanos tus comentarios Comentar