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18/07/2016
Especializarse en un sector de actividad no está reñido con introducir cambios para mejorar la competitividad de la empresa. El ejemplo de Marzasa demuestra que la innovación amplía las posibilidades de una compañía sin necesidad de renunciar a la identidad sobre la que se ha construido.
Marzasa, en sus más de 30 años de historia, ha recorrido un largo camino dentro del ámbito de las carrocerías. “Empezamos en la maquinaria agrícola y posteriormente nos introdujimos en el sector militar y de cisternas para el transporte de mercancías peligrosas por carretera”, explica Gabriel Martín, director gerente.
Jesús Martín Zaballos, su padre, fue el fundador de la empresa que ahora gestionan sus tres hijos: el mencionado Gabriel, Salvador y Alfonsa. “Somos primero hermanos, y después socios”, aclara Martín sobre los conflictos que suelen surgir en las empresas familiares.
Juntos han logrado mutar la empresa a lo que ahora es, una fábrica especializada en carrocerías, cisternas y servicios aeroportuarios. Sin perder su identidad original, pero diferente a cómo fue concebida en su origen: “Pasamos de ser una empresa con unas miras limitadas a tener unas miras más altas”, indica el director de Marzasa al programa Dar Cuerda de Bankia.
Todo ello gracias a una apuesta decidida por la innovación, según señala Gabriel Martín: “Estamos continuamente pendientes de las innovaciones que puedan surgir en el mercado y atender las necesidades de nuestros clientes. Ofrecer algo distinto a mejor precio o con mejores prestaciones”.
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