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23/10/2017
La jerga económico-financiera tiene palabras duras incluso de escuchar, entre ellas el ebitda. ¿Qué es y por qué es importante este término que siempre aparece en las noticias sobre los resultados de las grandes empresas?
Ebitda es un acrónimo de Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization. Es decir: beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización. Sería el equivalente al beneficio bruto de explotación, como explica la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA) en un informe sobre este concepto.
Más allá de esa definición técnica, es especialmente útil para hacer comparaciones: "Puede ser utilizado como indicador de la rentabilidad del negocio, ya que se obtiene a partir del estado de pérdidas y ganancias de la empresa. Al prescindir de cuestiones financieras y tributarias, así como de gastos contables que no significan salida de dinero, podría ser utilizado para comparar los resultados de una empresa a lo largo del tiempo o entre empresas".
Economipedia destaca dos ventajas: informa del "dinero que le queda a una empresa para pagar sus deudas una vez restados sus gastos más importantes" y "es muy útil para comparar empresas".
Ese es uno de los problemas, dado que no está estandarizado su cálculo o, al menos, no se han impuesto las reglas para que sea homogéneo. De hecho, el documento de AECA incluye "recomendaciones para conseguir que las cifras del ebitda sean calculadas y presentadas de manera coherente periodo a periodo".
Sin embargo, se puede hacer un cálculo de este indicador sumando el resultado de explotación, las provisiones y las amortizaciones, según explica Mapfre.
El ebitda surgió ante el escenario contable de muchas empresas tras la burbuja de las puntocom en el año 2000. Y ya en 2005, en Cinco Días, se cuestionaba su utilidad: "¿Qué empresa es la que no tiene gastos financieros, no paga impuestos ni tasas y no tiene depreciación y amortizaciones? Medir el resultado de una empresa mediante el Ebitda es una trampa, porque no refleja la verdadera rentabilidad".
Estas dos últimas, la falta de homogeneidad e la infravaloración de la inversión en capital, son solo dos de los seis defectos que, según el blog TheMoneyGlory, tiene el ebitda como indicador del estado contable de una empresa.
En conclusión: el ebitda puede proporcionarnos información útil sobre los resultados de explotación de una empresa, pero esconde algunos aspectos de la realidad financiera (deudas, pérdidas por compras que se deprecian...).
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