Ya has abierto tu empresa, eso con lo que siempre has soñado por fin se ha hecho realidad. Ahora viene casi lo más difícil: asentar el negocio, promocionarlo, hacerse con una clientela fija y obtener beneficios. Pero, ¿Cómo consigo que mi negocio sea rentable?
Si hasta ahora has obtenido pocos ingresos y en más de una ocasión has tenido que poner dinero de tu bolsillo, coge papel y lápiz y apunta estos consejos para hacer que tu negocio se convierta en uno de tus mayores logros.
Apretarse el cinturón
Puede que este primer consejo sea un poco obvio, pero ni te imaginas la de emprendedores y empresarios que hay que no se detienen a mirar los gastos de su empresa. Este es el primer agujero por el que se pierde tu dinero, y quizá, el más importante. Te damos 4 pinceladas para que los gastos no se descontrolen.
- En este sentido, puedes analizar los costes del negocio y prescindir de todo lo superfluo. Además, puedes comparar datos actuales con datos pasados y conocer las tendencias estacionales del negocio para ajustar tu presupuesto.
- Intenta que la reducción de los costes de producción no afecte negativamente a la calidad de tu producto o servicio y centra tus esfuerzos en la escalabilidad. Testea las variaciones que puedes aplicar a tu producto para maximizar su consumo y así fijar el modelo escalable con el que reducirás tus costes de producción.
- No pierdas de vista el principio de austeridad: muchas empresas lanzan campanas al vuelo cuando reciben una inyección económica (ayudas, inversiones) y disparan su gasto.
- ¿Y el coste de adquisición del cliente? Vigila que sea rentable y decreciente; si no es así, tendrás que replantearte tu estrategia.
Hola, tecnología; Hola, clientes
Aunque de entrada te parezca un gasto innecesario, la integración de las nuevas tecnologías en tu pyme son un paso que tarde o temprano deberás dar. No obstante, vigila que la tecnología que decidas aplicar optimiza tu negocio y, sobre todo, que genere más beneficios.
Por ejemplo, la experiencia de cliente y la atención al cliente son dos pilares en los que merece la pena invertir: su excelencia determina que tus clientes vuelvan a comprar tus productos o consumir tus servicios y puede marcar la diferencia respecto a competidores. De hecho, en la actualidad, es una de las principales ventajas competitivas del mercado (Uber y Cabify vs taxi; Amazon vs retail tradicional).
Ten en cuenta que la satisfacción de un cliente es un trayecto activo: no esperes a que el cliente lo demande, ponte en su lugar y adelántate a sus necesidades. Y además, aunque este enfoque supone dejar de lado la rentabilidad a corto plazo, la posibilidad de abrazar el modelo de escalabilidad y rentabilidades a medio o largo plazo no es descabellado. Es tiempo y dinero que ganas frente a la competencia, que tardará más en ponerse las pilas y exprimir al máximo su negocio en este ámbito.
Diferénciate
En el mercado existen muchos productos similares. Nadie inventa nada nuevo, o al menos muy pocos. Y no puedes esperar destacar haciendo lo mismo que los demás. Para llamar la atención de las personas tienes que sobresalir de alguna manera por encima de los negocios de la competencia.
Para ello, busca eso que te hace especial. Ese elemento, esa característica que te diferencia de las otras marcas del sector y resáltalo. ¿Produces en España? ¿Los materiales son ecológicos, naturales...? Eso es lo que tienes que explotar. Tus clientes se sentirán mejor y más especiales si saben que están comprando algo exclusivo o diferente a lo que ven en cualquier tienda.
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