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Los datos publicados esta semana, tanto en EEUU (ventas minoristas), como en Alemania y el Reino Unido (PIB del cuarto trimestre) siguen reflejando el debilitamiento que experimentó la actividad en la última parte del año pasado.
La Comisión Europea publicaba esta semana la mayor revisión de las previsiones de crecimiento de la zona euro desde 2012 (en plena crisis de la deuda soberana), al rebajar el pronóstico para 2019 del 1,9% al 1,3%, certificando el empeoramiento de la coyuntura económica que ya reflejaban los indicadores de actividad desde el pasado verano.
La abundante información publicada durante la semana (EPA, Contabilidad Nacional, ventas minoristas), permite actualizar el diagnóstico sobre cómo se está comportando la economía española en el complejo entorno internacional de los últimos doce meses.
La principal conclusión, analizando la información publicada en las últimas semanas, es que la fase de desaceleración de la economía mundial persiste, pero, de momento, solo es más intensa de lo anticipado en Europa.
Los ciclos económicos son inexorables, reflejando las dinámicas de las economías de mercado, resumidas por Schumpeter en el proceso de “destrucción creativa”.
Los últimos días del pasado año y las primeras sesiones del actual pueden ser un indicador adelantado de lo que nos espera en 2019. Se ha pasado de una situación cercana al pánico, en la que se empezaba a descontar la proximidad de una recesión, a la sensación de que la economía mantendrá su inercia cíclica actual (desaceleración) después de dejar atrás el máximo del ciclo.
Los mercados de valores americanos respondieron a la subida de tipos de la FED realizada el pasado miércoles (+0,25 p.b. hasta la banda del 2,25%/2,5%) con fuertes retrocesos en las cotizaciones.
La confirmación del final del programa de compras de bonos (QE), por parte del BCE en el mes de diciembre, supone la primera señal de que, poco a poco, se irá revirtiendo la intensidad del experimento monetario iniciado por Draghi en el primer semestre de 2015, siguiendo la senda de la Reserva Federal, una vez alcanzados buena parte de los objetivos pretendidos con el mismo.